Hace unos días recibí un mail de mi buen amigo Ángel Millán (Técnico del CADE de Málaga) con un maravilloso reportaje de HSM sobre las emociones y el trabajo en equipo.
El mail imagino que viene al caso de la charla que tuvimos hace casi un año durante el almuerzo de un encuentro de emprendedores en Almería, donde hablamos de la importancia de las emociones no sólo en la oficina, también a la hora de vender, promocionarse y negociar, sobre todo en el mundo de los emprendedores donde el presupuesto para hacer campañas de marketing es bastante escaso (por no decir nulo).
En el texto de HSM se habla sobre el uso de las emociones a la hora de trabajar en equipo para evitar sentimientos como el miedo. En el caso de mi empresa, TICteck, nuestra materia prima es el conocimiento y la imaginación (eso que al mezclarlo nos da como resultado productos innovadores) y obviamente no sólo el de los coordinadores, si no el de todo el equipo. Para llegar a este punto en el que las buenas ideas no se queden en las cabezas y pasen a producción ,es necesario un excelente ambiente de trabajo donde no exista el miedo a opinar y todos se sientan valorados y capacitados.
Os dejo con el texto y espero que contéis alguna experiencia personal.
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Las emociones como herramientas.
Y la única forma de convencerlos es emocionalmente. Al mover las emociones más profundas se dan cuenta de que es cierto que el trabajo en equipo produce satisfacción a este nivel. La empatía implica entender las necesidades de otras personas con base en las emociones y se logra fácilmente en una situación de emergencia. Sin embargo, este tipo de situación no suele ocurrir frecuentemente en el ambiente corporativo y es por esto que a veces funciona salir de la oficina y realizar actividades distintas al quehacer de todos los días.
La comunicación no puede ser plena si a ella no va ligada la emoción. Compartir emocionalmente las necesidades de las personas nos permitirá fomentar la implicación y por consiguiente el espíritu de equipo. Uno de los sentimientos que frecuentemente se experimentan en todos los ámbitos es el miedo. Es una de las emociones más comunes en el clima laboral debido a los entornos cambiantes e inciertos de nuestros días. Si los temores se descontrolan es muy probable que desemboquen en situaciones de crisis y para evitarlas la humildad será, sin duda, un ingrediente fundamental para controlar esos temores y una vez que se controlan los miedos se alcanza un periodo de claridad.
En cualquier equipo, los que trabajan mejor son aquellos que tienen mayor humildad entre ellos, fomentado así el compañerismo. La humildad radica en aceptar que se tienen debilidades, pero también habilidades. Aceptando las limitaciones se abre la puerta al conocimiento y, por lo tanto, al desarrollo. No obstante, las fortalezas de unos nos ofrecerán el equilibrio perfecto para potenciar la áreas de mejora de otros. El resultado será un equipo de alto rendimiento.
Escalar una montaña tiene muchas cosas en común con la vida empresarial. Lo cierto es que el objetivo de ambas actividades depende del capital humano y, por tanto, debe atender, cuidar y aprovechar los matices y complejidades del comportamiento de los individuos.
FUENTE: www.intermanagers.es
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